Una hora después, las dos jubiletas se quedaron en el hotel y yo me fui al Danubio a pasear por su orilla como si de un paseo marítimo se tratase.
Primer encuentro con el Danubio.
De amplias orillas, apacibles y azules aguas.
Con sus barcos de ida y vuelta hasta
la otra orilla para el transporte de pasajeros.
Con actividad industrial en sus orillas,
y apacibles pescadores y la compañía de un gato.
Barco clásico anclado.
Las casas de la ciudad que dan al paseo.
Otra fachada al Danubio.
Sus pantalanes llenos de embarcaciones para navegar con turistas por el amplio delta del Danubio.
Con una extensión de 3.446km cuadrados. Pantallazo tomado de Google Maps.
Al día siguiente a las diez de la mañana ya estamos embarcados en una pequeña embarcación fuera borda, los tres solitos y el piloto, para conocer un pequeño rinconcito de este bello delta.
La mañana es calurosa y ya estamos navegando por su
cauce principal y
enseguida tomaremos ramales como este
donde avistaremos cormoranes,
garzas grises y alguna blanca,
una entrañable familia de gaviotas encima de una rama flotando y
actividad pesquera en las orillas,
también con artes y
con trasmallos profesionales.
Seguimos navegando muy suavemente hasta virar por detrás de los arboles hasta
lagos como éste.
Aquí solo llegan los pescadores profesionales.
Ana disfrutando de la travesía.
con artes manuales y embarcaciones a remos
Ramales como éste
y de nuevo una garza gris
que inicia su vuelo
y al final de este ramal nos encontramos con este vivac de aves. Debido a la escasa profundidad, menos de un metro, no pudimos acercarnos.
El embarcadero del pescador anterior, cambia su embarcación de remos por la motorizada, hasta Tulcea habría unos 10km.
Durante las dos horas que duró la travesía vimos varias embarcaciones, pequeñas y otras grandes como ésta.
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